miércoles, 7 de noviembre de 2007

El día en que salí de cacería...

Haces algunos años atrás, un banco ecuatoriano en el que yo trabajaba, estaba recibiendo una gran cantidad de reclamos por parte de sus tarjeta-habientes, puesto que en sus cuentas se mostraban débitos generados por retiros realizado en cajeros automáticos, generalmente los valores retirados siempre alcanzaban el cupo máximo que el cliente tenía asignado a su tarjeta.

Lógicamente en estos casos y con la finalidad de no generar desconfianza en el gran número clientes que tenía el banco, el banco internamente asumía la pérdida y devolvía el dinero a quienes habían reclamado previa una revisión básica de las características de la transacción. Sin embargo al interior del banco el área de tecnología encargada de los cajeros automáticos, del cual yo era su responsable así como el área de seguridad de sistemas teníamos la presión por parte de la alta gerencia de buscar la mejor solución a este grave problema.

Entre las varias acciones que tomamos una de ellas fue establecer estadísticamente las ubicaciones de los cajeros automáticos que tenían mayores reclamos por fraudes, ya anteriormente habíamos por optado por cifrar el número de cuenta y tarjeta que aparecen en el recibo tanto en nuestra red propia así como también en la red interbancaria de cajeros, realmente por ser una de las instituciones mas grandes del país tanto por el número de tarjetas como por el numero de cajeros en la red nos convertimos en los pioneros en el combate de este tipo de fraudes, incluso recuerdo haber realizado una reunión con los representantes de todos los bancos del país para tratar este tema.

Bueno, usando como base los resultados estadísticos y los patrones de fraude conjuntamente con las áreas de seguridad física y lógica del banco y la policía decidimos realizar operativos con la finalidad de capturar a los delincuentes y vaya que obtuvimos resultados positivos, en varios ocasiones se logro capturar a los delincuentes con las manos en la masa así como también descubrimos de que se trataba de una ó quizás más bandas debidamente organizadas y por lo general quienes caían en los operativos eran personas que probablemente de forma ingenua ó no eran utilizados por los verdaderos actores intelectuales de este tipo de fraudes.

Luego de capturar a los delincuentes venía la parte mas complicada, en particular solamente participe una sola vez en este tipo de diligencias, alguien del área técnica tenía que actuar como perito en los juzgados para demostrar el modus operandi y de esta forma legalizar la detención y posteriores trámites judiciales.

Incluso recuerdo aquellas ocasión y que fue bastante chistosa y anecdótica puesto que cuando ya estábamos listo para empezar el peritaje y la demostración técnica de cómo se llevaban a cabo los fraudes, al momento de solicitarle al policía la tarjeta confiscada producto del fraude resultó que dicho gendarme había engrapado la tarjeta justo en el lado de la banda magnética para adjuntarla al resto del informe, esto realmente me provoco risas y frustración el mismo tiempo…bueno lo positivo de esto es que ahora la policía ya sabe como tratar este tipo de evidencias.

Sin embargo, como ustedes lógicamente podrán suponer este tipos de cacerías realmente no solucionaba del problema, solamente aportaba elementos que ayuden a buscar la solución, en otros post seguiré comentando algunas medidas que tomamos posteriormente tanto en este como en otros bancos del país.

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