martes, 26 de julio de 2016

Innovar: Prepararse, no preocuparse

Las nuevas tecnologías y la necesidad de diferenciarse y generar valor agregado, aceleran y hacen más complejos nuestros contextos de negocio. Nuevos competidores emergen con propuestas innovadoras que ofrecen más por menos, con modelos de negocio flexibles, de rápida adaptación y costos menores que aquellos que brindan las empresas tradicionales.

Uber y Airbnb representan esta realidad. Pero no sólo taxis y hoteles están bajo amenaza. Las industrias de energía, servicios financieros, viajes, ventas minoristas, TV, salud y varias otras cambiarán significativamente y muy pronto.

No vale la pena solo preocuparse, pero sí prepararse. Cualquier empresa de cualquier industria puede ser transformada –en pocos años- con innovación. Pero ¿cómo se transforma una organización tradicional en intensivamente innovadora? ¿Cómo se mide la innovación? La respuesta ya es conocida y funciona:  gestionar los indicadores financieros provenientes de ella (Ebitda).

Son muchas las empresas que ya miden la Intensidad de Innovación, entendida como el porcentaje de ingresos que provienen de soluciones creadas por la compañía en un período de no más de cinco años.

La única condición inicial es que quienes lideran la compañía asuman su responsabilidad sobre los resultados de la innovación. En principio, los gerentes y colaboradores de la empresa no creerán que es posible. Pero una vez que la compañía ha superado el reto de innovar, el proceso de transformación se vuelve irreversible y natural.